En la actualidad no nos parece raro ver a niños jugando con móviles, videoconsolas, tabletas… y otros cacharros tecnológicos conectados a internet. Y cada vez son más las consultas a especialistas sobre estas cuestiones. Pero, ¿En qué momento debemos preocuparnos sobre el abuso de estas tecnologías?
Vamos a destacar alguna de las características o síntomas de las ciberadicciones que incluyen todos aquellos fenómenos o problemas de abuso de las nuevas tecnologías. Se caracterizan fundamentalmente por:
- Deseo intenso de repetir la conducta.
- Estado emocional desagradable si le interrumpen la actividad.
- Placer o alivio y euforia mientras se lleva a cabo la conducta.
- Necesidad de incrementar el tiempo que emplea en su uso.
- Pérdida de control sobre la conducta.
- Deterioro de las relaciones sociales y familiares, aislamiento.
- Deterioro en el rendimiento escolar o familiar.
- Problemas físicos derivados de la falta de sueño.
- Negación, minimización y/o ocultamiento de la conducta.
- Mantenimiento de la conducta, pese a las consecuencias.
Hoy en día destaca la adicción al móvil, sobretodo entre los jóvenes. A través de este dispositivo somos capaces de realizar una infinidad de tareas y seguramente, la mayoría de nosotros lo llevamos a todas partes. Pero en algunos casos el uso del móvil se convierte en incontrolable. ¿De qué modo podemos prevenir que el uso del móvil se convierta en un problema?
- Ofrecer alternativas lúdicas: Si nuestro hijo no tiene planes o no tiene nada que hacer, lo más sencillo para él será sacar el móvil y jugar, subir fotos a redes sociales, chatear,… Por lo que es bueno que tenga a su alcance otras actividades lúdicas que sean incompatibles con esta conducta.
- Fomentar actividades en familia: Es una buena oportunidad para recordarte que las actividades realizadas en familia ayudan en la comunicación entre sus integrantes, por lo que juegos de mesa, actividades al aire libre, proyectos familiares,… pueden ayudar en la convivencia y en reducir el número de horas frente al móvil.
- Predicar con el ejemplo: No podemos exigir a nuestros hijos lo que nosotros no somos capaces de conseguir. Así que puede ser una buena alternativa que nosotros mismos dependamos un poco menos del móvil y no lo usemos sobretodo durante conversaciones, comidas en familia, etc.
- No usar el móvil para distraer a los niños: En muchas ocasiones he visto como los padres entretienen a sus hijos pequeños con el móvil para poder realizar otra actividad sin estar pendientes de sus hijos. Por ejemplo, estás hablando en una cafetería con alguien y para que tu hijo no moleste le dejas el móvil. ¡¡¡ERROR!!! ¿Qué tal si lo intentamos integrar en la conversación y hablamos también con ellos? De no ser así podremos enfrentarnos ante dos dificultades, uso excesivo del móvil e incapacidad para llevar una conversación.
En caso de presentar algunos de los síntomas citados al principio del artículo y si no eres capaz de controlar el abuso al móvil, quizás deberías plantearte consultar con un especialista en adicciones para que se pueda poner remedio cuanto antes, en estos casos siempre es más sencillo una actuación temprana que esperar a que el problema se agrave.